El método de inglés de Paco, el que se fue a Alemania

Es sorprendente lo mal que se habla inglés en este país. Independientemente de que eso sea hoy necesario por una desacertada cadena histórica de incidentes que incluye la muerte de D. Álvaro de Bazán y una tormenta; que de no haber salido cruces el inglés hubiera sido como el latín. Pero esa es otra historia.

CV de Álvaro de Bazán, formato breve

Y el bajo nivel no es por falta de formación, ni de estudios ni de academias, no. Que todo el mundo joven lleva media vida estudiando, viendo pelis y cantando en inglés. Y ahora con el reguetón está de moda lo que hablan los delincuentes y analfabetos de origen dominicano en el Bronx. Hasta las niñas de los pueblos de la mancha profunda te dicen “Oh, my God”, o wasapean OMG. La cresta de la ola. Pues no hablan, ni entienden. Del reguetón parece que sí, pero a ver si es que ese a ser inglés inventao, como dijo el genial Gila. Y lo del perreo yo creo que es por culpa de tener lombrices sin una vela a mano, pero bueno.

Te has tirado toda la formación hasta la universidad estudiando 4 horas semanales más actividades extraescolares, obligando a tu padre el pobre que decía “Yon Baine, el del oeste”, a avergonzarse delante de otros padres para ayudarte en la obra del colegio. Como todo es poco para mi niña, a la academia durante la uni. Y cuando acaba el grado de tres años en siete, hay que seguir.

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Se gastó los ahorros de un viaje soñado con tu madre en que fueras a esos campamentos de verano en Irlanda en los que conviviste con otros españoles y consolidaste las reglas internacionales del mus y la composición química del calimocho. Es lo que tiene estar todo el tiempo entre españoles, que Dios los cría… Tu erasmus lo costeó el soñado coche nuevo y arreglar la casa, pero volviste muy moderna (o rara) y el caso es que todos tus compañeros de piso en Londres también eran españoles o italianos. La cosa es que parece que entiendes, pero que no arrancas del todo a hablar, como los chicos de dos años. Será necesaria más academia, seguro.

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Pues os voy a proponer el método de Paco, el que emigró a Alemania. Muy sencillo. Sin libros. ¿Sabéis en qué consiste? En hambre. En tener miedo. En creer que no lo vas a lograr, que es imposible, que eres un mierda porque estas solo, pero de ti depende una familia en España. Consiste en pasar penurias. Académicamente se puede llamar “aprendizaje por inmersión”, aunque hay que echarle valor para tirarse de cabeza sin saber si hay agua y sin saber nadar, por supuesto. Y los ovarios gordos tiran hacia abajo, os lo aseguro.  

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Os cuento las fases, que he vivido algo a menos escala o me lo han contado. Primero no entiendes nada. Incredulidad e ira. Te cabreas con todo, y le echas la culpa a ellos que encima pasan de ti y se ríen. Siguiente fase la de los lamentos: blasfemas en todo, te acuerdas de los tuyos y lloras recordando, pero no puedes volver, porque casi no te da para el billete. Hacer una mínima cosa te cuesta literalmente sangre. En la siguiente fase ya no protestas, porque te has dado cuenta de que no vale para nada y ya no tienes fuerzas (el criterio de triaje de los médicos atiende primero a los que no se quejan porque están jodidos de verdad). Intentas concentrar el hilo de fuerza que te queda en no derrumbarte y en escuchar y aprender algo. Las pocas cosas que has aprendido no las olvidas. Fase anal: Te agachas despojándote de orgullos patrios, aprietas los puños, te da igual lo que digan de ti y aprietas el culo lo que haga falta. En ese momento es cuando Dios o el demonio reconocen a los suyos y te echan un capote, casi siempre el demonio cabrón. Empiezas e entender, la gente se halaga porque empiezas a hablar bien y toma interés por ti porque tú lo haces por ellos.

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Cuando crees que sabes, hay una fase crítica en la que de repente no entiendes nada otra vez y crees que todo es una mierda y que no ha valido para nada. Aprietas el culo más, por inercia. Pero lo que no sabes es que eso se debe a que hasta ahora la gente te hablaba despacio para que entendieras, y que ahora te empieza a considerar igual que ellos en el idioma y por eso no tienen ninguna consideración. Es el mejor elogio porque en poco tiempo los entiendes, otra vez. Y ahora el idioma nunca se te olvida, porque está asociado a vivencias y miedos que muchos tardarían vidas en cubrir por eso de la sobreprotección.   

Haced como Paco, el que vino de Alemania y montó el taller. Sus hijos heredaron un buen negocio y dilapidaron un capital. Sus nietos van a academias otra vez para intentar hablar como el abuelo.

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Publicado por docgracia

Investigador, ciclista y escritor...

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