Vieja amiga, siempre compañera,
ángel guardián de velados sueños.
Tu mirada profunda siempre me desnuda,
imposible evitarte.
Eres la que mejor conoce mis ansias, mis logros,
mis pesadillas.
Vivo sin pensarte, a sabiendas
de que sólo en tu compañía existo realmente
porque en el fondo siempre estaré solo.
y soledad eres tú.

Brebaje de la vida
añejo y amargo.
Libar de tu cáliz a pequeños sorbos
es degustar el licor de la sabiduría,
del deleite, de la contemplación.
Pero para quien te apura de un trago
te conviertes en veneno,
en vacío, en el más profundo de los abismos.

Solamente los nobles de corazón
osan mirarte a los ojos
sin que tú les reflejes unas estatuas
que se miran al vacío corazón.
¡Valiente! ¡Asómate a tu nada!

Hay gritos que desgarran gargantas,
destellos rutilantes que llenan el mundo,
torrentes inagotables de vida que me arrastran,
ríos de fuego que abrasan mis entrañas …
Pero sólo tu presencia me roba el alma.

No me abandones, soledad.
Mil veces te reniegue,
mi vida dedique a olvidarte.
Aunque tu no presencia sea mi bienestar.
Soy tuyo y me perteneces; te necesito.
Porque sólo contigo soy algo
distinto de nada.
