Año nuevo, hijos de puta viejos

Los que empujamos habitualmente una silla de ruedas tenemos una perspectiva de la realidad diferente. Nos fijamos mucho en el suelo y en ciertas cosas que se supone que deben estar para facilitar la circulación de personas con movilidad reducida, los viejos o inválidos de toda la vida. Somos la prueba del algodón de cómo hemos evolucionado como sociedad.

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Uno de los mayores hallazgos de la arqueología es el descubrimiento de un homínido con un fémur fracturado que murió mucho después de la rotura. Ese hecho constituye un hito en la evolución, porque es la primera evidencia de comportamiento social, de valores comunes y superiores que se preservan.  El hueso indica que hubo gente (digo gente, no animales) que se organizó grupalmente para aportar ayuda a un individuo improductivo para sobrevivir. Asumiendo cada miembro su parte adicional de tarea para que eso sea posible. Eso es una sociedad con valores. Bueno, pues exagerando un poco, solo un poco, el del fémur roto lo tendría jodido actualmente, porque hoy vamos cada uno a nuestra puta bola.

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Estoy harto de resaltos inaccesibles cuando llevo a mi madre en el carrito. Prefiero una pista americana a dar un paseo por Ciudad Real evitando bordillos, socavones, impactos de metralla de la guerra o esas baldosas que piden una ortodoncia a gritos. Esas que casi matan a una señora en el parque y de las que hablé hace tres años aquí: (baches asesinos y otras formas de exterminio). Esas mismas que todavía hoy siguen sin arreglarse y que nos van a sobrevivir y a matar a todos.

Baldosa asesina del Parque Gasset en fase de arreglo (da igual cuándo leas esto)

Pero eso no es lo peor. Lo peor es la pasividad y la falta de civismo de la gente. Los listos que aparcan en mitad de los pasos de peatones bloqueando el acceso. Y si recriminas algo te dicen que están trabajando. Como aquel con el que me encaré en la ronda tras tener que sacar el carro fuera de la acera bloqueada, al asfalto precisamente cuando venía un coche de frente sin darme cuenta. Por supuesto que tienes derecho a trabajar, pero creo que hay unos códigos superiores, y cuando te pido que apartes el coche no debes refunfuñar, o comprender mi enfado y que te haya escrito HP en el cristal. Reconozco mi incorrección, pero imagina lo que hubiera hecho si hubiera tenido tiempo (la mala leche y las ideas que esta me dicta me sobran), si atropellan a mi madre por tu culpa. Imagina si cada uno hacemos de verdad lo que nos da la gana.

Por lo menos invita, hombre.

Imagina lo que se siente cuando al pasar un bache tu madre grita de dolor por alguna hernia de la espalda porque has tenido que cruzar por otro sitio más accidentado que la rampa que bloqueas. Imagina lo que es ir esquivando mierdas de perro que no eres capaz de recoger porque tú lo vales. Lo triste que es circular sobre cientos de colillas, papeles, mierda de todo tipo porque te la pelan los demás, sin darte cuenta de que en esos demás estás tú también. Imagina lo que siento cuando ninguno del grupito de jóvenes me cedéis el paso llevando la silla (no digo ya el interior de la acera), porque estáis distraídos mirando el iPhone recién comprado con los ahorros de todo el año de mamá de limpiar escaleras, o con la herencia de la abuela. Que si no os lo compran liais un pollo en casa tremendo. Cuando no miráis ni os preocupáis al cruzaros con una señora mayor y le dais con el codo en la cara. Los nenes que cuando pasa el revisor se quitan la mascarilla, ponen los pies en el asiento o bloquean el paso del AVE con el patinete, todo en una misma foto.

Porque yo lo valgo

Nos esperan tristes días, sobre todo a vosotros. Y lo peor de todo es que os entiendo. Intento ser tolerante, sobre todo con los que trabajan y que van pegados de tiempo sin que sea culpa suya. Estoy seguro de que el primero que la cago soy yo en múltiples ocasiones, que la culpa es de la sociedad loca. Pero a eso es a lo que voy: que la sociedad somos todos y que creo que son los valores de esta sociedad los que nos permiten sobrevivir. Y que tal cual estamos, amigos, esto se va al carajo. Reflexionemos, cambiemos de valores, busquemos y purguemos culpables (interesante tema) y volvamos a pensar en el grupo, en la manada, en el pueblo o en la familia. Dejemos de comportarnos como hijos de puta egoístas, porque si cada uno hiciese lo que le da la gana, posiblemente ni tú ni yo estábamos vivos.

Otra vez por mitad de la calle…

P.S.: Pido disculpas si he herido la sensibilidad de algunos, no lo pretendía en absoluto.

P.S. 2: Obviamente las fotos no tienen ninguna relación con el texto, para los suspicaces.

Publicado por docgracia

Investigador, ciclista y escritor...

3 comentarios sobre “Año nuevo, hijos de puta viejos

  1. Sólo puedo decir CHAPÓ. Ojalá la gentuza que practica con habitualidad estas acciones tuvieran un minuto de su vil vida a leerlo y les removiera un pelin por dentro las entrañas porque conciencia y menos civismo me juego la mano derecha, y soy diestro, no tienen.
    BRAVO Y ANIMARTE A ESCRIBIR ASÍ DE CLARITO

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  2. Ignacio, has herido mi sensibilidad… al pedir disculpas. Ya sé. La ironía. Has puesto ejemplos de libro, claro. Por algo eres catedrático… Pero los hay de libro, libreto, comic, TBO, y audio, video y mixto. Estamos rodeados y el 7 de caballería en paro. Gran artículo.✌😊👏

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